Le pasó como en aquella película, Despertares. Hasta entonces había estado caminando cabizbajo y sin pronunciar ni una palabra, arrastrando los pies y con la mirada perdida, como si no tuviera sangre en las venas. Y de repente se empezó a oír esa canción por todas partes, esa canción que nadie sabía de dónde venía pero que todo el mundo se detuvo a oír, mirando hacia arriba como si viniera del cielo, y las parejas cogidas del brazo se paraban al mismo tiempo y se quedaban escuchando. Y era muy curioso, porque, mientras el resto de la gente se detenía, él empezaba a sentir la sangre corriendo de verdad por sus venas, sus pupilas se dilataron y su corazón comenzó a latir mucho más rápido; levantó la mirada del suelo y cuando lo miré estaba sonriendo, y echó hacia atrás los hombros y se puso a caminar al ritmo de la música, y lo más extraño tratándose de él es que empezó a hablar y hablar y hablar y a entablar conversación con cualquiera con quien se cruzaba aunque no lo hubiera visto en su vida ni lo conociera de nada, y les decía qué día tan bueno hace, no le parece, e incluso les preguntaba por la familia o les decía qué perro tan bonito, cómo se llama, y se ponía a acariciar a Fluffy o a Pongo o a Linda y a jugar con él o con ella, y pronto se vio presa de una verborrea incontrolable y empezó a sentirse mal y a dolerle el corazón porque le latía demasiado rápido y se sentía demasiado alegre, y entonces le dio por pensar que prefería esos momentos suyos de tranquilidad en los que no era tan extrovertido y en los que no se sentía culpable o temeroso como ahora por estar alegre, porque pensaba que los momentos como aquél tenían un precio y que probablemente llegado el momento no podría o no estaría dispuesto a pagarlo...
Siempre pensé que la fuerza del próximo golpe era directamente proporcional a la felicidad que estuviera sintiendo en ese momento... Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ando convencida de que la felicidad puede durar... Que no se preocupe por estar demasiado alegre y que lo disfrute... Vendrán golpes, pero igual que llegan, se van... Besito!!!
ResponderEliminarA lo mejor estabas antes en lo cierto y cuando se acabe una felicidad muy duradera te llevas un palo del copón... diablos, esperemos que no!
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