Qué pesadilla,
me soñé hablando contigo como hace años,
ahora que el infierno frecuentas
y que la vida de los hombres has puesto en tu contra.
Qué pesadilla,
observa los colmillos de tus torpezas,
afilados como enormes lanzas de hielo,
y las alas de los buitres que descienden
ahora que por fin has muerto.
F.
Qué tétrico, ¿no?
ResponderEliminarEs curioso que el sueño se convierta en realidad (hablas con él/ella a través del poema).
Me encanta la parte de los colmillos de las torpezas. Besito!!!!
Es que al final todas tus torpezas te pasan factura.
ResponderEliminarBeso!