sábado, 11 de febrero de 2012

La fábrica de sueños

He oído que la realidad es mentira, que no existe tal cosa. Que nos preocupamos por lo que no es, que nos enfadamos por lo que no lo merece. Que nos empeñamos en ser felices donde la felicidad ha hecho las maletas y donde dicen que sólo llevaba billete de ida. Que nos despertamos siempre a la misma hora para contar los segundos hasta volver a soñar de nuevo.

He soñado con personas que aún amo y que ya no están aquí. Las he visto y me han dicho que no pierda el tiempo pasándolo mal, que todo pasa, todo termina. Que la verdad sólo la conocen los músicos y los poetas. Que ve más un loco o un borracho que una rata de biblioteca. Que sabe soñar mejor el violinista que toca bajo la muestra de una taberna con dos monedas sobre una manta que el más rico de los empresarios.

He comprendido que la verdad sólo existe en las mentiras. Que la obra es lo que se desarrolla detrás del telón. Que da más luz un cabo de vela que una hilera de farolas eléctricas. Que prefiero ser un halcón antes que un árbol. Que huele mejor la posada del Almirante Benbow que algunos restaurantes de lujo. Que se viaja mejor en La Hispaniola rodeado de amotinados que en cualquier avión rodeado de niños. Que sabe mejor la cerveza que el café.

Que, si la realidad es mentira, lo más prudente es alejarse de ella.

Ejemplo ("A veces siento al despertar / que el sueño es la realidad"):


Bonus: