El inspector de Policía Schmidt recibió la llamada a las dos de la madrugada, y a las dos y media ya se encontraba en el lugar, a veinte kilómetros de su apartamento. Se notaba que se había vestido a toda prisa y, obviamente, no se había preocupado de peinarse.
En el arcén había ya unos cuantos coches de policía y los árboles devolvían intermitentemente colores rojos y azules. Un par de hombres levantaban un cuerpo maniatado y cuya cara, según pudo ver el inspector, había sido quemada probablemente con ácido y era casi irreconocible... aunque él supo enseguida de quién se trataba, pero procuró que nadie viese su reacción.
Días después, la autopsia revelaba que se habían encontrado dos clases de tierra en los pulmones y el estómago de la víctima, lo que indicaba que había sido enterrado y luego desenterrado aún con vida y transportado hacia otro lugar donde volvió a ser sepultado hasta que se produjo la muerte. Quizá el primer lugar no fuese seguro, pensó el inspector, o tal vez se trate sólo de un juego macabro.
Lo que estaba claro era que el transporte se tuvo que haber hecho en muy poco tiempo, y aun así era francamente extraño que la primera capa de tierra encontrada en sus pulmones no lo hubiera matado casi inmediatamente.
La autopsia también reveló que más de la mitad de los huesos estaban rotos. Alguien había hecho un trabajo realmente meticuloso con aquel hombre. Y luego estaba la cuestión del ácido... ¿Antes o después de lo de los huesos? En cualquier caso, la víctima había sido sometida a un sufrimiento extremo y pese a ello había sobrevivido tal vez media hora o más. Era impensable.
Y sin embargo, el forense aseguró oír al inspector Schmidt decir varias veces: "Se lo merecía... No sé quién lo hizo, pero se lo merecía..."
En el arcén había ya unos cuantos coches de policía y los árboles devolvían intermitentemente colores rojos y azules. Un par de hombres levantaban un cuerpo maniatado y cuya cara, según pudo ver el inspector, había sido quemada probablemente con ácido y era casi irreconocible... aunque él supo enseguida de quién se trataba, pero procuró que nadie viese su reacción.
Días después, la autopsia revelaba que se habían encontrado dos clases de tierra en los pulmones y el estómago de la víctima, lo que indicaba que había sido enterrado y luego desenterrado aún con vida y transportado hacia otro lugar donde volvió a ser sepultado hasta que se produjo la muerte. Quizá el primer lugar no fuese seguro, pensó el inspector, o tal vez se trate sólo de un juego macabro.
Lo que estaba claro era que el transporte se tuvo que haber hecho en muy poco tiempo, y aun así era francamente extraño que la primera capa de tierra encontrada en sus pulmones no lo hubiera matado casi inmediatamente.
La autopsia también reveló que más de la mitad de los huesos estaban rotos. Alguien había hecho un trabajo realmente meticuloso con aquel hombre. Y luego estaba la cuestión del ácido... ¿Antes o después de lo de los huesos? En cualquier caso, la víctima había sido sometida a un sufrimiento extremo y pese a ello había sobrevivido tal vez media hora o más. Era impensable.
Y sin embargo, el forense aseguró oír al inspector Schmidt decir varias veces: "Se lo merecía... No sé quién lo hizo, pero se lo merecía..."
Me ha venido a la mente el dueño de un cierto gimnasio... XD Besito!!!
ResponderEliminarCierto, a uno que se pasó de listo, ¿no?
ResponderEliminarA muchos les llega lo que merecen tarde o temprano.
Qué grotesco.
ResponderEliminarDentro de mi carrera, ver ese nivel de sufrimiento es algo de cada día, sin embargo lo que me acerca mucho a la historia es el hecho de que la mayoria de nosotros (los medicos) al ver a un hombre/mujer que sufre y, hasta cierto nivel, lo ha merecido, hacemos exactamente el mismo comentario.
ResponderEliminar¿Cuánto dolor merece alguien para pagar pora algo que haya hecho, podemos decidirlo nosotros?
Javi, a veces pasa...
ResponderEliminarBrunis, bienvenido. Cuando uno dice "se lo merecía" está siendo subjetivo. Qué es justo y qué no lo es, qué está bien y qué está mal, sólo se puede juzgar en perspectiva.